7.11.08

pan para hoy y un grano en el culo mañana

La cagada de la reelección es enorme.
A mi no me gusta que me cambien las reglas en medio del partido. Se parece mucho a hacer trampa. Creo que este pensamiento es el que predomina en la gente, la mayoría que no es sino que vota simplemente. Crece el insufrible “son todos iguales”. Cuando por la candidatura única nos chantajearon con el balotaje, nos tendieron una trampa. Y fue de las cosas que reafirmaron mi condición de frenteamplista, no se hacen trampas, se denuncian.
Esto erosiona la mística del fa profundamente. Me extraña que luego de tantos análisis sobre la realidad no se den cuenta de eso. En mi barrio, se entiende bien, lo entienden hasta los universitarios. Capaz que te sale bien esta vez, como a Batlle, pero a largo plazo es una mierda. Y en el largo plazo Tabaré ya no va a estar. Ya es un tipo grande… y yo voy a tener que cargar con ese fardo.
Yo no le creo a nadie en particular, creo en el frente amplio como herramienta y en la democracia como sistema. Ambos mejorables. No voy a conjeturar sobre si esto es una jugada de Tabaré para sacar al Pepe o si es que pretende seguir. No voy a entrar en esa y me gustaría que el presidente mantuviera su palabra del 1º de marzo del 2000, varias veces reafirmada.
Quiero hablar de Tabaré Vázquez.
Déjense de joder, si este gobierno es lo que es, se debe a que los cuadros políticos, pero fundamentalmente los técnicos del frente son (como ya lo sabíamos) mucho mejores que los de los partidos tradicionales.
Ni que hablar de los colorados, que son unos ineptos, también de los blancos que por lo menos tienen algunas cabezas.
Así que no me vengan con el cuento del pito mágico de Tabaré. Ya no me creo ese cuento. Le tengo terror a los personalismos y Tabaré, abran los ojos de una vez, es un animal político. En todo sentido. Se beneficia políticamente con absoluta visión histórica y tiene un tremendo ego. Tiene saldo positivo en mi evaluación personal, pero también tiene varios errores. El que está en las pantallas estos días es grosero. Vetar la ley de salud sexual, (que aunque polémica, es necesaria y urgente) por convicciones personales, es ponerse a si mismo por delante de la democracia. No de la ley, claro, pero esa ley ya sabemos quienes la hicieron. Y es una ley que le pega duro a la democracia.
Es un animal político por su forma de moverse. Cuando tuvo que matar a Astori en la interna hace unos años, arrancó con su discurso de barricada y se metió en el bolso a toda la izquierda “radical”. Luego empezó a tirar puentes hacia la izquierda “pragmática” con quienes finalmente gobierna. Y el 31 de octubre del 99 se paró un escalón más arriba, todo pronto para convertirse en un estadista. Ya tiene su corriente propia. Por si no habían notado, el partido socialista le chupa un huevo, desautorizó a Gargano una y otra vez. ¿Para que lo puso? ¿Para gastarlo? Las relaciones internacionales las manejó personalmente y yo quiero saber si los que firman están conformes con el rumbo que tomamos.
No se si Astori o el Pepe serían mejores presidentes, pero no me importa, cambiemos uruguayos, con el frente aunque esté abombado y no se anime a decirle nada al líder. No es el mejor presidente que el Uruguay puede tener, no seamos giles. A los grandes hombres también hay que ayudarlos, a irse.